La noche caía sobre la solitaria carretera, y Mark conducía su automóvil a través de la oscuridad, con la música a todo volumen para mantener el tedio a raya. Las luces de su automóvil iluminaban la carretera vacía mientras las sombras de los árboles se alargaban en su camino.
El eco de una canción animada llenaba el interior del vehículo, pero de repente, como si alguien hubiera apagado un interruptor, la música se detuvo abruptamente. Mark maldijo por lo bajo mientras golpeaba el estéreo, tratando de hacer que la música volviera.
Pero no hubo música. Solo el zumbido incómodo del silencio. La mirada de Mark se desvió hacia la carretera, y lo que vio lo hizo estremecerse.
Una extraña bruma verde azulada envolvía el automóvil y la carretera como una manta etérea. La visibilidad se redujo a unos pocos metros, y el ambiente se tornó frío y pesado. Marcó se sintió atrapado en un mundo irreal, como si hubiera cruzado un umbral a otro reino.
Con el corazón latiendo con fuerza, Mark vio que su auto comenzó a fallar, por lo que se acercó al arcén, incapaz de entender lo que estaba sucediendo. Finalmente, el auto, corcoveando como un potro, se detuvo. Entonces Mark sacó su teléfono para llamar a alguien, pero la señal estaba muerta, como si el mundo entero hubiera desaparecido.
Decidió salir del automóvil y explorar. La bruma era densa y húmeda, se aferraba a su piel como una mano fría. Los árboles y arbustos a ambos lados de la carretera eran apenas sombras difuminadas en la penumbra.
Mark avanzó con cautela por la carretera, sintiéndose como un intruso en un mundo que no debía conocer. Cada paso que daba le llevaba más profundamente en la bruma, y el aire estaba lleno de un susurro indescifrable que se le pegaba a los oídos.
Fue entonces cuando lo vio.
Una figura, oscura y retorcida, se materializó frente a él en medio de la niebla. Mark dio un paso atrás, ahogando un grito de terror, sus ojos se abrieron de par en par mientras observaba a la figura. No tenía forma definida, solo una sombra informe y amenazante.
El pánico se apoderó de él mientras retrocedía, pero la figura lo siguió. Marcó sintió su aliento gélido en la nuca mientras avanzaba por la carretera, sin escapatoria. La pesada bruma parecía palpitar a su alrededor, como si estuviera viva.
La figura sin forma se acercaba cada vez más, su presencia se volvía más ominosa. Mark gritó finalmente, pero su voz se perdió en el silencio opresivo. Sabía que no podía escapar de lo que sea que lo acechaba en aquella bruma.
Finalmente, la figura oscura lo alcanzó, y Mark sintió una fría garra invisible envolver su corazón. Su visión se nubló, y el mundo se desvaneció en la espesa bruma azulada.
Cuando la niebla finalmente se disipó, el automóvil de Mark seguía en la carretera desierta, encendido, la música sonando alegremente como si nada hubiera ocurrido. Pero Mark ya no estaba allí. Había desaparecido, como si nunca hubiera existido, dejando solo un misterio sin respuesta en la oscura carretera...
0 comments: