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La ciudad de Abisso era un lugar donde los días se arrastraban como sombras sin dueño. La niebla de smog era tan densa que la luz del sol apenas podía atravesarla, y el constante ruido de bocinazos, motores y pasos apresurados ahogaba cualquier intento de encontrar paz. La vida se perdía entre esas calles grises y abarrotadas, donde las personas parecían moverse como autómatas, prisioneras de la rutina y el caos de la urbe.


Los días posteriores al descubrimiento del libro, Mortimer Wright comenzó a notar extraños sucesos a su alrededor. La luz de las lámparas parpadeaba sin razón aparente, y en ocasiones, sombras parecían moverse en los rincones de la botica. El ambiente, antes acogedor, ahora estaba impregnado de una sensación de inquietud y peligro.


Durante meses vio aquel torbellino maldito en su mente, soñó y repitió durante las noches interminables aquel momento pútrido de la traición, que le carcomía las entrañas por la pena y el arrepentimiento. Recordaba cada palabra, cada gesto, cada movimiento, cada sonido, treinta años antes…


El tomo prohibido conocido como Arcanum Obscuritatis se oculta en las sombras más profundas de la historia, apenas susurrado en los rincones más oscuros del mundo. Se dice que existen solo siete copias de este antiguo y maldito libro, cada una encerrando secretos que desafían toda comprensión humana.


Mortimer Wright estaba medio dormido en aquel asiento del tres. Llevaba horas allí, pero estaba contento de regresar a su pequeña ciudad de Willowbrook, donde nació y había salido hacia doce años. Hijo de dos campesinos, había trabajado entregando periódicos, barriendo tiendas, repartiendo volantes y hasta, ya adolescente, como empleado en la botica local, que fue lo que lo decidió en una de sus carreras: boticario.


En la tranquila ciudad húngara de Sötét, donde los callejones estrechos se entrelazan entre edificios de piedra grisácea y antiguas iglesias de estilo gótico, se encuentra la Universidad Szürke, un venerable centro de conocimiento y aprendizaje. Aquí, entre los techos de tejas rojas y las torres puntiagudas, reside una joven astrónoma llamada Eszter Kovács.